jueves, 29 de septiembre de 2011

Las Barreras

E hizo Moisés que partiese Israel del mar Bermejo, y salieron al desierto de Shur; y anduvieron tres días por el desierto sin hallar agua. Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó al Señor; y el Señor le mostró un árbol, el cual metiéndolo que hubo dentro de las aguas, las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; Y dijo: Si oyeres atentamente la voz del Señor tu Dios, é hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los Egipcios te enviaré a ti; porque yo soy el Señor tu Sanador. Y llegaron a Elim, donde había doce fuentes de aguas, y setenta palmas; y asentaron allí junto a las aguas. Éxodo 15: 22,27
Las aguas amargas se tornan dulces. Desierto ya dice todo, local donde no existe agua.

¿Es confortable andar en el desierto? No, siempre con aquel calor fuerte, donde sentimos mucho más sede. Israel ya caminaba en el desierto durante tres días. Imagínese la situación en la cual vivían. Algunos comenzaron a murmurar, reclamar, porque ese pueblo está en la jornada para la tierra prometida, varias veces murmuraban. La biblia dice que ellos no encontraban el agua. Después de tres días, encontraban agua amarga, que no podían beber, no era agua dulce, saludable para beberse. Moisés clamo al Señor. Es importante usted percibir los detalles. El pueblo que Moisés conducía para la tierra prometida, reclamaba y murmuraba. Lo que Moisés hacia era clamar al único que puede resolver cualquier situación. El único que puede cambiar la historia de vida de una persona. Cuantos claman, rezan, hacen promesas a dioses que no pueden hacer absolutamente nada por ellas. Cuanto más claman, nada acontece, no cambian, nadie ve nada, porque se dirigen a quien no pueden hacer nada por nadie.

Moisés clamaba directamente al Dios vivo, al único que puede hacer todo. El clamor salía de lo más profundo del corazón de Moisés, y lo que debemos hacer, siempre es clamar al Señor, hablar con Dios que verdaderamente tiene el poder. El pueblo pedía agua a Moisés. Moisés clamo al Señor y el Señor le mostró un árbol. Moisés lanzo ese árbol en el agua y Dios las transformo en dulces. Muchas veces no entendemos el trabajo de Dios en nuestra vida, nosotros oramos, clamamos, pedimos esto o aquello otro al Señor y muchas veces tenemos una respuesta ¿que nos hace pensar porque Dios habló eso, o mostro eso? ¿Qué tienen que ver las aguas amargas para las dulces con el árbol que el Señor había mostrado? Las aguas amargas se transformaron en dulces. Dios afirma en este pasaje, él es el Señor, puede curar, restaurar, prosperar y resolver, cambiar completamente la historia de su vida. Para realizar lo es necesario estar atento a la voz de Dios cumpliendo sus mandamientos, y si necesitamos pasar por un desierto, al final de este, por haber estado atentos a la voz de Dios, él hará el milagro en nuestras vidas.

Entonces, después del desierto, llegaran a Elim, donde existían doce fuentes de agua y setenta palmeras. Acamparan junto a las aguas. Aguas refrescantes y setenta palmeras juntas, que generan sombra. Dios dio a su pueblo después que enfrento el desierto. Sombra y agua refrescante. Si atentamente diéremos oído, cumplidamente los mandamientos y estatutos, puede ser cualquier desierto que usted enfrente, él nos dará sombra y agua refrescante al final de este.

Estos desiertos son las situaciones difíciles, dificultades, barreras que enfrentamos en nuestra vida. Cuantos ya pasaron, cuantos están pasando y cuantos Dios viene preparando para pasar por un desierto, más si usted estuviere oyendo atentamente, haciendo la voluntad de Dios, siguiendo a Dios de todo su corazón, Él le honrará. Aquel pueblo descanso, bebió, y sacio la sed de ellos y lo hará así con todos nosotros; si, verdaderamente cumplimos con sus estatutos, y obedeciendo de todo corazón. Nuestra vida será siempre de victorias. ¿Momentos difíciles? Quede tranquilo, lo que le espera adelante es sombra y agua refrescante, victorias en su vida. Entre más grandes sean las barreras y los obstáculos, mayor la sombra que estará sobre usted y mucho más fuentes de agua para sustentarte.

Obispo Josivaldo Batista

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